Año Nuevo en Machupicchu

Era 01 de enero, habíamos cenado en Aguas Calientes para darle la bienvenida al año 2018 y lo fuimos a recibir a la plaza principal, donde en teoría se juntaba la gente a pasar el año, pero esa noche llovió así que nuestras expectativas eran bajas, no se notaba ambiente de Año Nuevo. Mientras se acercaban las 00:00 hrs del 01/01/2018 comenzó a llegar más personas con paraguas y capas de agua.

Cuando dio la hora comenzaron a sonar petardos y fuegos artificiales en las montañas, nos dimos un gran abrazo con Vero por nuestro inesperado y fantástico viaje, llamamos a Chile para saludar a los nuestros ❤ y comenzamos a pasear y saludar a las personas con sonrisas y buenos deseos.

DSC_0047 cotillonEn Aguas Calientes se juntaron algunas familias en la plaza, se instalaban y tiraban fuegos artificiales propios, se llenó de humo y fue muy divertido verlo. En Chile esto se prohibió hace muchísimos años y verlo nos recordó cuando eramos pequeñas. Los niños por todo el pueblo andaban asustando a los turistas con petardos, el cotillón y la challa amarilla abundaban, así que terminamos con la chaqueta amarilla con entre el papel y el agua. Nuestra noche fue corta, nos fuimos a acostar porque nos esperaba un gran día.

Nos despertamos a las 4:30am para desayunar algo (si, los hoteles están acostumbrados a los turistas que van a Machupicchu así que el desayuno inicia muy temprano) y partir a hacer la fila para tomar el bus a Machupicchu. Llegamos a las 5 am al «terminal», ya había harta gente, varios buses habían partido y todos teníamos cara de ansiosos por partir.

UNADJUSTEDNONRAW_thumb_19d8Llegamos a Machupicchu alrededor de las 6 de la mañana, hacía frío y una neblina muy densa que no me permitía ver el horizonte, pero si podíamos ver la construcción. Fuimos rápidamente a la entrada de Wuaynapicchu para empezar a subir inmediatamente, pero abrían recién a las 7am, así que nos fuimos a recorrer la ciudad. Por la hora fue el momento en que más tranquilas apreciamos el lugar, había muy poca gente, el clima fresco así que caminamos por los alrededores, mientras pasaban los minutos se fue despejando la neblina y cada vez podíamos apreciar mejor el lugar. Miraba y miraba la construcción, sin la tecnología que existe hoy, hecha completamente a mano y con tanta prolijidad. El guía nos contó que al inicio de los tiempos las construcciones de piedra era solo para lugares religiosos o muy importantes pero con el pasar de los año todo fue haciéndose en piedra en Machupicchu y se distinguía la importancia del lugar por el trabajo hecho en la piedra, entre más detalle y pulcro más importante era el lugar.

waynapicchu y yoLlegó la hora para subir el Waynapicchu, así que emprendimos camino, el sendero era bastante empinado, bien marcado y cuando se hace más complejo siempre hay escalones de piedra, agradecimos nuestras zapatillas de trekking porque todo estaba húmedo y resbaladizo. Hay varios miradores en el trayecto, ya sea al valle o a Machuppichu, al igual que los Mayas sabían bien elegir donde asentarse (el lugar era precioso!). Nos demoramos un poco más de una hora en llegar a la cima y lo aprovechamos al máximo, nos detuvimos cuanto quisimos en los miradores, esperamos tener la vista sin turistas para tomar fotos y respiramos profundo con la satisfacción de que despejaba y llegamos a la meta. Como a las 11am ya estábamos abajo buscando a un guía que nos acompañará a recorrer la ciudad.

 

Al igual que Cusco, el clima en Machupicchu es sumamente cambiante y a estas alturas del día ya no había neblina, estaba despejado con un sol radiante y calor, por lo que pudimos apreciar al escena a la perfección, eso si con muchas personas alrededor. Los Incas organizaron la ciudad en base a sus creencias y descubrimientos, por ejemplo las murallas tienen una inclinación al estilo de la torre de pisa pero menos evidente para hacer sus construcciones a prueba de temblores, en los solsticios de verano e invierno el sol pasa por zonas especiales, la ciudad fue planificada en una zona agraria y urbana, la que también se divide en sector sagrado y otro residencial comunicándose entre si.

 

En la zona abunda la naturaleza porque Machupichu esta rodeado por la selva, en el trayecto uno es acompañado de flora y fauna de Perú lo que resulta más interesante y bonito. Los animales ni se asustan al verte caminar por los senderos, ya deben estar acostumbrados a compartir su hogar con la población flotante durante el día.

Ya casi cuando terminábamos el recorrido se puso a llover torrencialmente y fue fenomenal porque pude ver en vivo y en directo lo genial de la construcción, las canaletas funcionaban a la perfección, de terraza en terraza que se armaban mini cascadas bajando por la ciudad y pese a que nos estábamos mojando enteras uno caminaba perfectamente por los senderos. Esto me hizo admirar a los Incas aun más de lo que ya lo hacía, además con la lluvia en la cara y el aire fresco más sentí esa energía mística que tanto hablan de Machupicchu, me despedí dando las gracias por haber tenido la fortuna de conocerlo y le di la bienvenida al nuevo año tal como me lo imagine cuando se me ocurrió viajar a Perú.

Si quieres saber cómo llegamos desde Cusco a Machuppichu revisa: 7 datos para llegar a Machuppichu

 

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